Egipto y Túnez son el ejemplo del último minuto. Los medios de todo el mundo están destacando la dificultad de las fuerzas de seguridad para contener a las incontenibles masas que se sublevaron en contra de los regimenes que llevan 20 o 30 años en el poder. Una especie de "que se vayan todos" situado en la conflictiva región del medio oriente.
Argentina no está ajena a este escenario. Las coincidencias entre la crisis de 2001 y la nueva politización de los jóvenes a partir de la llegada de Néstor Kirchner en 2003 con el "cagaso" de Brzezinski y las revoluciones de Túnez y Egipto cierran por todos lados.
El discurso del ex secretario de Seguridad de Jimmy Carter y principal articulador del movimiento talibán en la guerra Afgano-Soviética en los '80, cierra con una frase escalofriante y a la vez esperanzadora; además revela la naturaleza totalitaria y manipuladora de los tecnócratas de la elite mundial (de más está decir que Brzezinski es el autor del libro "La era tecnocratica").
Su cita parece el reconocimiento de una derrota en su intento fracasado por reformar el mundo a pedido de unos pocos megabanqueros y corporaciones. Sin embargo, conociendo la capacidad que tuvieron en todo este tiempo para desinformar a las masas y derrocar gobiernos, sería un craso error "bajar la guardia".
Su discurso cierra así:
"El poder mundial, viejo y nuevo, enfrenta una nueva realidad: mientras la letalidad de su poder militar es más grande que nunca en toda la historia, su capacidad para imponer el control sobre la masa políticamente avispada del mundo está en su nivel más bajo. A groso modo: en tiempos anteriores, era más facil controlar a un millón de personas que aniquilar fisicamente a ese millón; hoy es infinitamente más facil matar a un millón de personas que controlar a ese millón de personas".
En síntesis: que haya rock!
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